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La legitimidad de los incentivos de conservación forestal: estudio de caso sobre el PNCB en la cuenca del río Ampiyacú
Olivia Lipsky

La región amazónica de Loreto está situada en el noreste de Perú, donde el territorio cuenta con vastas zonas de abundante selva tropical y ríos serpenteantes. Como muchas zonas tropicales del mundo, la zona también lucha contra la deforestación y está sufriendo una dramática pérdida de biodiversidad y degradación del suelo. El difícil contexto sociopolítico e histórico, unido a los persistentes problemas relacionados con la tala ilegal y el narcotráfico, así como los altos niveles de pobreza, complican la búsqueda de soluciones eficaces. Un enfoque para abordar la pérdida de bosques y al mismo tiempo aumentar los niveles de ingresos locales es el uso de incentivos monetarios. También conocido como "pago por servicios ecosistémicos", este método se supone que motiva a la gente a conservar el bosque mediante el desembolso de dinero por buen comportamiento. El gobierno peruano está aplicando actualmente el programa nacional de conservación "PNCB", que utiliza esta misma lógica para mitigar las emisiones de carbono en la Amazonia y, al mismo tiempo, proporcionar ingresos a las comunidades indígenas. Sin embargo, el proyecto no ha cumplido hasta ahora lo que prometía y se ha ganado el nombre de "problema bosques".


Mientras que el programa ha señalado a varias comunidades participantes por su mala gestión y su incumplimiento, las federaciones indígenas, las ONG y las propias comunidades han contestado que el programa no les ha formado y no ha escuchado sus necesidades e ideas. Para comprender las cuestiones subyacentes que condujeron a esta situación, esta tesis examinó las percepciones de legitimidad de los actores nacionales, regionales y locales implicados e investigó el papel de la legitimidad para el éxito a largo plazo del programa. Los resultados mostraron que las diferentes instituciones, comunidades y organizaciones tenían sus propios objetivos, prioridades y comprensión de los retos medioambientales, lo que influyó en su percepción de la legitimidad del proyecto y produjo expectativas diferentes, en algunos casos contradictorias. Para recuperar la legitimidad de los actores locales y regionales, el programa tiene que invertir en flujos de trabajo más sensibles y culturalmente apropiados que sean más flexibles y permitan una participación significativa de las comunidades indígenas. Sin embargo, esto entra en conflicto con las pretensiones del gobierno nacional y de los donantes internacionales, que esperan resultados estandarizados y rápidos que sean rentables y rastreables. Este dilema se debe principalmente a la visión disociada que aplica el programa, que aborda el desarrollo y la conservación de los bosques con la misma herramienta, pero no considera que estos dos elementos estén intrínsecamente relacionados. Si bien se paga a las comunidades indígenas por no deforestar el bosque, no se reconoce suficientemente su capacidad y su papel como "guardianes del bosque". Por lo tanto, para superar este impasse, el PNCB debería emplear una visión más integrada de la conservación de los bosques que reconozca la importancia de los pueblos indígenas para una conservación eficaz y sostenible de los mismos.

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